No es fácil buscar alguna explicación. Aquí no tenemos el santo grial, ni la respuesta es exacta. Sí aproximaciones. Una muy básica. Las apuestas con más riesgo se cubren con cuotas altas. A veces (contados casos) se dan muy rápido y no por ello es un error creer que tenían su grado de complejidad fuerte.
Todas las apuestas son arriesgadas. Unas más que otras. Pueden demorar bastante en salir. O sencillamente no son días agraciados. Vienen las derrotas, una tras otra, que tanto daño nos hacen porque afectan la inversión, nos hacen transitar en inseguridades.
Por eso este ejercicio de las apuestas deportivas es tan complejo. Unas veces se dan rachas hermosas, que nos dejan pletóricos de la dicha por la forma en que cabalgamos hasta sacar los preciados dividendos. Es el momento de creer que podemos alcanzarlo todo, con un grado de confianza que invita a apostar más dinero.
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¿De cuánto debe ser la inversión inicial en las apuestas deportivas? A menudo, cuando apenas se inicia en esto, es sencillo tropezar por pensar en que a más dinero también subirán las ganancias. Ese es un extremo, tan aparatoso que termina por ser la perdición. Es el camino más corto rumbo al estruendoso fracaso.
El otro extremo es ser en demasía cauteloso, apostando cantidades pequeñas. También tiene sus desventajas. Por un lado, conspira contra el aprendizaje. Como es un dinero que, en teoría, no duele perder, no vale la pena hacer un esfuerzo por explorar nuevos mercados, ensayar estrategias, ir de una lectura a otra, rastrear metodologías de tispter. Todo eso sirve, motiva e inspira a quien desea salir ganador. Apostar poco limita ese pensamiento progresista.
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Por otro lado, al apostar poco se crea una especie de burbuja, donde se siente seguro. Llegado el momento de subir el listón, apostando mayores cantidades, es un desafío que aturde, lo saca de casillas. Le invade un temor propio de quien se acostumbró a manejar pequeñas raciones de dinero, que cuando le llega la hora de ponerse a prueba con una cifra mayor no sabe qué hacer.
Consejos para saber con cuánto dinero comenzar a apostar
Documéntese todo lo que quiera acerca del stake, como ese concepto sobre el cual un apostador conoce el riesgo que implican sus apuestas y de la misma forma establece criterios al momento de apostar.
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Nunca olvide que en las apuestas deportivas se debe invertir, no gastar (malgastar) el dinero. Por lo tanto, asegúrese de poner en las casas de apuestas esa plata que usted se permite perder.
Si quieren un consejo más práctico, con total franqueza creo que lo mejor es acostumbrarse a apostar a un nivel fuerte, basado en el bolsillo disponible. Porque al jugar con 10 mil pesos (colombianos) de bank no sentirá mayor interés en probar y conocer nuevos mercados o tendencias sobre las cuales dirigir su método apostador. Mínimo, como para decir que sobre esa base podría instalarse y comenzar, debería tener un bank de 100 mil pesos.
Sucede que si la suma es grande (no exagerada, ¡pilas con eso!) también, al apostar con tino y manejo responsable, tendrá más posibilidades de mitigar los impactos cuando lleguen las derrotas. Como apostadores deportivos debemos estar listos, antes que cualquier otra cosa, para perder. Si tiene esa mentalidad, hágale, ponga buen dinero.
Lo anterior no sucede si hace apuestas con depósitos reducidos. Querrá ganar más y renuncia a hacer apuestas mínimas. Perderá. Se sentirá con aire revanchista, así que vuelve a poner la misma cifra menor.
Otra vez fracasa y así sucesivamente, como una espiral mañosa, que bien puede evitarse si de una vez, teniendo experiencia en esto, invierte una suma mayor.
Piense en los famosos $10.000 pesos y qué es mejor: ¿Hacer 10 apuestas de $1.000, 2 de $5.000 o jugarse un “all in”? Si tiene paciencia, conciencia de lo que se quiere como una meta fija (por ejemplo, crecer ese bank en un reto hasta sumar 5 veces esa plata), hágalo. Si no tiene ese don de la calma, mejor reserve ese dinero y regrese con un bank robusto.
Acostúmbrese a apostar cifras importantes, siempre con la premisa de ser responsable en el manejo de la inversión. No confundir con el todo o nada y ese tipo de sugerencias, que enturbian. A lo que voy es experimentar nuevas sensaciones, sufrir, celebrar. Toda la mezcolanza de sentimientos en apuestas de $50.000, $80.000 mil y un poco más. Pero para ello hay que estar siempre resguardados por un bank considerable.
Si quiero hacer apuestas de $70.000 es porque debo tener un bank fuerte, que ronde por el millón de pesos. ¿Exagerado? Piensen en lo siguiente: Qué tal un depósito de $300.000 y una apuesta de $70.000. Representa poner el 23,3% de su inversión. Es demasiado riesgo.
Un camino probable, escenario ideal, sería apostar de manera que primero amase un buen bank, grande, de los que permitan ir a un buen ritmo. Luego, retire algunas ganancias. Las otras serán su inversión de base. Estará más tranquilo porque ya sacó la inversión pensada en aumentar su depósito. Los dividendos fueron reinvertidos.
Hay mucha tela por cortar aquí. Piense en lo mejor para usted, su bolsillo y la experiencia adquirida o no. Cuando apueste nunca olvide aquella regla de invertir el dinero que se está permitido perder.