Ganar seguido es tan placentero, como peligroso. Para seguir en las apuestas deportivas hay que ser rigurosos.
Parece un consejo aplicable para la vida misma. De hecho, en cierto modo, lo es. No hay nada más fastidioso que creerse en sabelotodo, el más ganador y comenzar a ver todo lo demás por debajo del hombro, solo por el simple hecho de estar viviendo un buen momento laboral o en cualquier otra actividad.
A los deportistas sí que les piden esto que les voy a explicar aquí, ya que no todas las veces en las apuestas deportivas hay que estar buscando cuotas y desafiando a las casas de apuestas con nuestros pronósticos. De vez en cuando, una pausa. La reflexión.
Cuando un deportista o equipo, ubicándonos específicamente en el campo del alto rendimiento, atraviesa por una senda de buenos resultados, sus entrenadores siempre les piden calma. Entre más “aterrizados” y con los pies en la tierra, mejor. Ser humildes porque apenas se está por un buen momento. Bien lo dicen también que lo importante no es llegar, sino mantenerse.
Llevado a las apuestas deportivas, se traduce en un consejo relacionado con la disciplina y algo de humildad porque cuando un apostador vive una buena racha no es el mejor, pero tampoco el más malo de los apostadores, al que lo tocó la varita de la buena suerte. Los extremos tampoco ayudan, como sí lo hace el llamado a la mesura.
Cuando uno cree que se las sabe todas y se deja llevar por ese ambiente “exitista”, en cualquier momento el bank pagará las consecuencias porque revertir una derrota lo conducirá por el camino de la emoción, ese que tampoco se aconseja cuando se quiere aprender a perder en las apuestas deportivas. En cuestión de horas o días verá cómo se derrumba todo lo cosechado en su racha positiva.
¿Cómo comportarse ante las victorias en las apuestas?
Si es producto de un plan que diseñó, jugando a un stake específico y siguiendo alguna estrategia, es cuando más se debe aferrar al plan, sin abandonarlo un solo segundo, ni dejándose llevar por la seguidilla de verdes. Conserve la calma y siga, apenas está empezando a darse cuenta de lo valioso que es ver en este ejercicio una estrategia a llevar con el tiempo, en forma pausada y sosegada, con mentalidad analítica.
Importante dejar a un lado el exceso de confianza porque cuando eso pasa, el apostador seguramente creerá que puede darse “un lujo”, apostando más dinero del que venía jugando. Sin darse cuenta, volverá al camino de la emoción, cegado por el triunfalismo. Puede que la suerte lo acompañe un rato más, pero no pasará nada más que eso. Un simple momento que tarde o temprano lo llevará a una derrota de esas que duelen en el alma.
Cuando es ganador, absténgase de creer en que el mejor del universo. Mejor siga su libreto y piense más bien en qué debe hacer cuando llegue una derrota. Anticípese. Si ya tiene un buen dinero ganado, ¿por qué no retirar entonces esas ganancias? Se puede reservar algo para seguir, pero con la tranquilidad de haber recuperado lo invertido y apostar ahora con un fragmento de esas utilidades.
No se enamore tanto de los buenos momentos. Disfrute el rato, pero piense en esa vida “más allá de unos buenos verdes”.